Los queloides son un tipo de tejido cicatricial fibroso que puede formarse alrededor de los piercings del cuerpo. Son el resultado del exceso de colágeno que se forma durante la reparación del tejido conectivo. Todo el mundo es susceptible de sufrir queloides, pero las personas con menos melanina en la piel pueden ser menos susceptibles. Una vez que se forman los queloides, no suelen remitir, por lo que es importante tratar de prevenirlos desde el principio. Los queloides pueden desarrollarse incluso con un cuidado cuidadoso de las orejas, por lo que no hay una forma segura de prevenirlos, pero mantener la zona del piercing limpia y seca puede ayudar.
Perforar las orejas a una edad más temprana. Según un estudio realizado por el Colegio Médico de Georgia, las personas que se perforaron las orejas antes de los 11 años tenían menos probabilidades de desarrollar queloides.
Limpia tu piercing regularmente con alcohol y un algodón. Limpie la zona con suavidad y evite agitar la herida. Si hay una costra o secreción excesiva, humedece la zona con agua tibia mezclada con un poco de sal para eliminar la suciedad.
Consume una dieta rica en vitamina E y alimentos que promuevan la formación de colágeno saludable, como los pimientos rojos o los tomates. Estos alimentos contienen licopeno, que inhibe la enzima que daña el colágeno. También puedes conseguir aceite de vitamina E y untarlo directamente en la zona del piercing.
No toques tu piercing más que para limpiarlo. Tus manos son portadoras de muchos gérmenes, y si estás tocando constantemente tu piercing, corres el riesgo de infectarlo. Lávate las manos cada vez que limpies el piercing.
Consulta a un médico si empieza a formarse un queloide a pesar de tus esfuerzos. Un médico puede tratar los queloides con inyecciones de corticosteroides o láminas de gel de silicona, según el blog médico Everything Health. Dado que los queloides no suelen reducirse una vez que han empezado a formarse, es importante tratarlos a tiempo.
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