blog-positive-teacher-student-relationships

Hay algunos profesores que nunca se olvidan. Ya sea que te hayan guiado en tu materia favorita o te hayan ayudado en tu camino a la universidad, las relaciones positivas con nuestros educadores se quedan con nosotros. Para muchos de nosotros, estas experiencias son la razón por la que nos dedicamos a la enseñanza.

¿Por qué son tan importantes las relaciones positivas entre alumnos y profesores?

Las investigaciones nos dicen que cuando los alumnos se encuentran en un entorno en el que se sienten apoyados y atendidos tienen más probabilidades de tener éxito.

De hecho, según un estudio realizado en 2010 por el Laboratorio de Investigación Marzano, las relaciones positivas entre los profesores y los alumnos se encuentran entre las variables más citadas asociadas a una instrucción eficaz.

Cuando logramos establecer conexiones con nuestros alumnos, les mostramos que estamos implicados en su educación y, a su vez, ellos también se implican.

Todo esto empieza por ganarse la confianza de cada alumno. Una vez que lo hacemos, creamos un entorno de respeto mutuo y preparamos toda la clase para el éxito.

1) Enseñar con pasión y entusiasmo

Las actitudes son contagiosas. Los estudiantes jóvenes tienden a responder a la positividad y la animación, pero a medida que los estudiantes maduran, ver el cuidado genuino y la pasión en sus profesores es mucho más importante. Encuentre un equilibrio, sea usted mismo.

2) Invierta tiempo en conocer a sus alumnos

Tomarse el tiempo para conocer un poco a cada uno de sus alumnos al comienzo del año es importante. Pida a sus alumnos que le escriban una carta contándole todo lo que necesita saber sobre ellos. Consulta estas cartas periódicamente. Cuando recuerdas cosas sobre tus alumnos, construyes la base para que esa relación positiva prospere.

También puede ser estupendo entender qué asignaturas les gustan y cuáles no, ya que sabrás enseguida en qué áreas necesitarán más apoyo. Ser capaz de echar una mano sin que te lo pidan es un movimiento que genera confianza.

3) Habla a tu clase con respeto

Trata a los demás como quieres que te traten a ti. Por algo es la regla de oro. Los alumnos notan cuando se les habla con desprecio. Todas las relaciones se basan en el respeto mutuo y este mismo principio se aplica en el aula.

Claro que habrá momentos en los que se ponga a prueba tu paciencia, pero tómate un segundo para respirar y responder como te gustaría que te respondiera un profesor. Ese segundo de reflexión puede llegar muy lejos.

4) Averigua sus intereses

Todo el mundo tiene una pasión. Cuando entiendas esos intereses, podrás utilizarlos en tu beneficio. ¿Quizás haya actores en ciernes entre vosotros? Incorpora una obra de teatro en tu próxima clase de inglés. ¿Quizás tengas algunos artistas en la clase? Permítales mostrar lo que han aprendido con el arte u otros proyectos creativos.

Cuando incluya los intereses de su clase en los planes de lecciones, definitivamente verá un aumento en el entusiasmo, ayudando a fortalecer la conexión entre usted y sus estudiantes.

5) Sea comunicativo con los errores

Cuando cometa un error, sea honesto al respecto. No sólo les enseñará a manejar los errores con gracia, sino que será un modelo de cómo quiere que se comporten sus alumnos en clase.

Está bien cometer errores y si le ven hacerlo, pueden estar más dispuestos a correr riesgos porque saben que están en un espacio seguro.

6) Muestre interés por su vida fuera de la escuela

Muchos profesores de hoy en día cometen el error de tratar la escuela como si fuera lo único en el mundo. Pero los estudiantes tienen grandes y bulliciosas vidas fuera del aula y cuando muestras interés en esas partes de ellos, empiezan a confiar más en ti.

Esto puede tomar la forma de ir al partido de baloncesto de la escuela y animar a tus estudiantes o simplemente aligerar la carga de tareas en las noches en las que sabes que hay un gran evento.

7) Saluda todos los días

Puede parecer un gesto pequeño, pero al saludar a cada uno de tus alumnos cada día estás estableciendo un punto de conexión regular.

Saluda a cada alumno por su nombre y hazle saber que lo ves. En los primeros 5 minutos de tu día ya has tenido un momento personal con cada uno de tus alumnos. Comienza cada día con buen pie.