Actualizado el 7 de febrero de 2021 – 5 minutos de lectura
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Estar tranquilo es el mayor logro del ser.

– Desconocido

El estrés es inevitable y puede, en las condiciones adecuadas, ser incluso beneficioso.

No podemos escapar del estrés, pero podemos hacernos amigos de él.

Podemos aprender a controlar nuestra respuesta al estrés y canalizar esa energía de forma constructiva y creativa.

Si experimenta un estrés crónico o se siente constantemente al límite, es probable que tenga un sistema nervioso simpático hiperactivo.

Esta es la rama de su sistema nervioso que dicta la respuesta de lucha o huida.

Puede ser necesario hacer algunos ajustes y adquirir nuevos hábitos, pero con constancia y voluntad, puedes transformar el estrés crónico y utilizarlo en tu beneficio.

Esto significa más bienestar, salud mental, resistencia física, calma interior, perspicacia, creatividad y curación.

También significa ser capaz de conectar con tus hijos y tu pareja con más atención y no ser tan reactivo o irritable en casa.

Sigue leyendo para descubrir cómo calmar tu sistema nervioso para que puedas afrontar los retos, la incertidumbre y las exigencias que tienes ante ti con más aplomo, conocimiento interior y conciencia…

Tu cuerpo es inteligente & Sabio – Los signos de un sistema nervioso hiperactivo

Tu sistema nervioso, de hecho, es un sistema nervioso circulante.

Piensa.

Es consciente.

– Deepak Chopra, médico &autor

Tu cuerpo es sabio e inteligente.

La coronación de la inteligencia del cuerpo humano es el sistema nervioso.

Todo lo que percibes a través de tus sentidos -todo lo que puedes ver, oír, saborear, oler, intuir y tocar- se procesa a través del sistema nervioso.

Como un buen guardián, te ayuda a maniobrar por la vida llevando la cuenta de cada pequeño detalle sensorial de tu experiencia para que no tengas que hacerlo conscientemente.

Tu sistema nervioso está constantemente cribando cantidades asombrosas de datos mientras escanea tu entorno y procesa tus alrededores.

Coincide la información sensorial entrante con los datos registrados previamente para establecer patrones relevantes:

Cuando uno está crónicamente estresado o agobiado, tiende a reaccionar de la misma manera emocional una y otra vez.

Esto condiciona a su sistema nervioso a leer potencialmente de forma errónea su entorno basándose en experiencias pasadas, y en las asociaciones y percepciones que ha formado en torno a esas experiencias.

También entrena su mente para tener automáticamente más pensamientos negativos y expectativas más pesimistas.

Eso puede traducirse a menudo en ser más corto de miras con sus hijos o pareja, o incluso hacer suposiciones incorrectas sobre ellos basándose en su pasado.

Su sistema nervioso, al ser el procesador inteligente y el guardián de la puerta, sigue buscando y ejecutando diligentemente esos viejos patrones de programas y recuerdos emocionales subconscientes una y otra vez recreando las mismas o similares experiencias y reacciones en un intento de coincidir con el viejo patrón.

Esto crea un círculo vicioso que puede dejarle sintiéndose exhausto, agotado o excesivamente emocional.

La mayor parte de esto ocurre por debajo de su nivel de conciencia consciente y voluntaria.

La velocidad a la que su sistema nervioso procesa toda esta información ambiental es la de un rayo.

Es por eso que a menudo siente que su estado mental y emocional está fuera de su control.

Esto es lo que lleva a un sistema nervioso simpático hiperactivo.

Cómo entender su propio sistema nervioso & Cómo funciona

Su respuesta al estrés está vinculada a su sistema nervioso autónomo (SNA), que es una parte de su sistema nervioso periférico (SNP).

Su SNA supervisa las funciones vitales y básicas del cuerpo, como el azúcar en la sangre, la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial/flujo sanguíneo.

Se comunica con su sistema nervioso central (SNC), que está compuesto por el cerebro y la médula espinal, y también interactúa con su sistema inmunológico.

El SNA se divide en dos ramas.

Así es como funcionan los dos sistemas:

1 – El Sistema Nervioso Simpático (SNS)

Considere la actividad del SNS como el pedal del acelerador: cuanta más actividad simpática, más se moviliza y utiliza la energía vital.

El SNS supervisa la respuesta al estrés y, por lo tanto, se activa cuando se percibe algo como potencialmente doloroso, peligroso o que amenaza la vida.

(fuente: giphy & @nascar)

En la época de los cavernícolas, el SNS es lo que nos mantenía vivos – si veíamos un tigre y teníamos que correr literalmente por nuestras vidas, el SNS es lo que nos daba esa sacudida de energía para luchar o huir.

El SNS activa las glándulas suprarrenales para que produzcan hormonas del estrés, como la norepinefrina (noradrenalina), que indican a su cuerpo que se ponga en alerta máxima.

Con el aumento del ritmo cardíaco, ahora está preparado para una actividad física intensa (luchar o huir).

(fuente: giphy)

Puede que hoy no nos encontremos con tigres de la vida real, pero sí experimentamos una amplia gama de situaciones que se sienten dolorosas, peligrosas o que amenazan la vida.

Especialmente ahora.

Independientemente de que sean reales (realmente amenazantes para la vida) o percibidas, su cuerpo y su sistema nervioso las procesan todas de la misma manera: activando su SNS.

Si no aprendemos a tranquilizarnos, recalibrarnos y autorregularnos, pronto experimentaremos un desequilibrio físico que puede conducir a otros problemas como presión arterial alta, enfermedad cardíaca o insuficiencia cardíaca, problemas autoinmunes, problemas de azúcar en la sangre e incluso problemas de salud mental.

2 – El Sistema Nervioso Parasimpático (PSNS)

Si el SNS es el pedal del acelerador que acelera la energía en su cuerpo, entonces el PSNS es el pedal del freno que ralentiza y equilibra todo.

(fuente: giphy)

Su sistema parasimpático supervisa la respuesta de relajación – que también se conoce como la respuesta calmante o la respuesta regenerativa.

Toda la curación tiene lugar en este sistema restaurativo.

La presión sanguínea desciende, el ritmo cardíaco baja, el azúcar en sangre se regula, la variabilidad del ritmo cardíaco (VFC) sube y la función inmunológica se fortalece.

Por eso es extremadamente importante crear hábitos en la vida diaria que activen esta rama mientras se crea un sistema nervioso simpático más calmado.

Cómo calmar el sistema nervioso simpático en 3 pasos

La idea principal que hay que recordar aquí es que usted disminuye la actividad del SNS (estrés) mediante la activación de la actividad del PSNS.

Esto le ayuda a quitar el pie del pedal del acelerador y dejarlo en el pedal del freno el tiempo suficiente para crear una verdadera curación y plenitud.

Aquí hay 3 formas probadas de activar su respuesta parasimpática (relajación):

1 – Ejercicios de respiración

La respiración abdominal profunda e intencionada con la parte inferior del abdomen es una de las formas más rápidas y fáciles de despertar su sistema nervioso parasimpático.

Esto se debe al nervio vago, un importante nervio parasimpático que va desde la base de la cabeza hasta el oído y la garganta y baja hasta los órganos abdominales y digestivos.

Cada vez que respiras con el vientre activas el diafragma y el nervio vago, que actúa como un calmante automático.

Prueba esta meditación de respiración para ayudarte a empezar.

2 – Práctica de la gratitud

Resulta que una práctica regular de la gratitud es una medicina poderosa y puede incluso ayudar a recablear un cerebro ansioso para mejor.

Tal vez por eso la práctica yóguica de la satisfacción (Santosha) es una de las prácticas clave en el verdadero camino yóguico.

El Instituto de Heartmath ha pasado los últimos 20 años investigando cómo ciertos estados emocionales impactan en su inteligencia cardíaca general y el bienestar.

De acuerdo con su investigación las emociones positivas y los sentimientos positivos como la gratitud, el aprecio, la satisfacción y la inspiración activan la coherencia del corazón y la actividad del PSNS.

Por la misma razón, las emociones negativas crean un estado de incoherencia y activan la actividad del SNS.

Heartmath midió la variabilidad de la frecuencia cardíaca mientras se experimentaban diferentes estados emocionales y descubrió que:

«Los distintos patrones del ritmo cardíaco caracterizan los diferentes estados emocionales…

Las emociones sostenidas, como el aprecio, el cuidado, la compasión y el amor, generan un patrón suave, similar a una onda sinusoidal, en los ritmos del corazón.

Esto refleja un mayor orden en los sistemas de control de nivel superior en el cerebro, una mayor sincronización entre las dos ramas del SNA y un cambio general en el equilibrio autonómico hacia una mayor actividad parasimpática.» (5)

Los gráficos que aparecen a continuación son ilustraciones de las lecturas de VFC del HMI.

(fuente: Heartmath Institute)

El rojo superior es durante un momento de frustración.

Nota el patrón errático e irregular.

El azul de abajo se grabó durante un momento de apreciación.

Nota el patrón más armonioso, parecido a una onda sinusoidal.

3 – Cantar

Aunque no lo crea, cantar y tararear es una forma probada de estimular su nervio vago y aumentar el tono vagal.

Esto significa que puede ayudarle a aumentar la calma interior activando su respuesta parasimpática.

El nervio vago va desde la base de la cabeza hasta el oído y la garganta, hasta el corazón y los órganos digestivos e internos.

Según el Dr. Stephen Porges y su Teoría Polivagal, las vibraciones de las vocalizaciones de cantar en voz alta o tararear en realidad «despiertan» su nervio vago para que se ponga en marcha.

Si eres nuevo en el canto o quieres algo más de orientación, aquí tienes una rápida sesión de meditación con mantras.

Si te comprometes a hacer cualquiera de estas tres cosas de forma regular, entrenarás a tu cuerpo para entrar en el «espacio de calma» que inevitablemente aumenta la salud y el bienestar.

Cuanto más lo hagas, más aumentará tu poder total: el poder mental, el poder emocional, el poder físico e incluso el poder creativo.

Sólo recuerda que controlar la respiración, llevar un diario de gratitud y cantar o murmurar pueden ser calmantes y ayudar a que cada latido del corazón se ralentice y cree más espacio.

Al calmar la respuesta al estrés y aprender a autocalmarnos y autorregularnos nos convertimos en mejores versiones de nosotros mismos.

Esto significa que también podemos modelar a nuestros hijos cómo pueden tranquilizarse y autorregularse.

Tú puedes, mamá.