A diferencia de la humedad del suelo, a menudo es difícil o poco práctico aumentar la humedad en un edificio. La selección de plantas suele ser el método más práctico para garantizar una humedad adecuada. Por ejemplo, si se van a colocar plantas en un espacio con poca humedad, se aconseja seleccionar plantas que toleren estas condiciones.

La selección del lugar implica buscar las ubicaciones ideales para una planta en función de sus necesidades. Los niveles de humedad pueden variar en un edificio. Lugares como piscinas y elementos de agua como estanques, fuentes de agua, cascadas, etc. tienden a tener niveles de humedad más altos. La selección de la planta y del lugar puede resumirse como Planta adecuada, lugar adecuado.

Si se dispone de humidificadores, deben utilizarse en el lugar donde se encuentran las plantas, especialmente en los meses de invierno, cuando la humedad es más baja en la mayoría de los climas.

Otro método para aumentar la humedad es agrupar las plantas cerca en un racimo. Cuando las plantas transpiran, se convierten en humidificadores en miniatura; cuando se agrupan, la humedad relativa aumenta, beneficiando a todas las plantas de alrededor. Los muros verdes tienen a menudo la ventaja de una mayor humedad debido a que muchas plantas están juntas en estrecha proximidad. Agrupar las plantas puede ser beneficioso; sin embargo, si las plagas o las enfermedades son frecuentes, las plantas deben estar espaciadas adecuadamente para permitir el flujo de aire.

La nebulización de las plantas se practica a veces para aumentar la humedad. Aunque se puede aumentar la humedad mediante la nebulización, el efecto es muy efímero y puede durar sólo 10-15 minutos. Sin embargo, la nebulización suele tener un impacto más significativo en el control de los ácaros.

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