La crepitación de la rodilla se refiere a un sonido o sensación de crujido en la articulación de la rodilla.

Cuando la presión entre la rótula y el fémur es mayor de lo habitual, el cartílago de la articulación puede empezar a ablandarse y desgastarse.

A medida que pierde su suavidad, puede dar lugar a una afección denominada síndrome de dolor patelofemoral (SFP), o «rodilla de corredor».

El SFP puede ser consecuencia de un traumatismo o de un uso excesivo. También puede resultar si una parte de la rodilla de la persona está mal alineada. Es una fuente común de dolor de rodilla en los jóvenes y en los atletas.

El ejercicio vigoroso -como trotar en una superficie inclinada, ponerse en cuclillas y subir escaleras- puede ejercer tensión en la zona entre el fémur y la articulación de la rótula.

Un aumento repentino de la actividad física, como hacer ejercicio con más frecuencia, o correr más lejos o en un terreno más accidentado de lo habitual, también puede causarlo.

Otro factor de riesgo para el crepitante relacionado con el SFP es un traumatismo en la rodilla. Esto puede deberse a una caída o a golpear la rodilla con el salpicadero de un coche en un accidente de tráfico.

El individuo puede experimentar crepitación al subir escaleras o después de estar sentado durante mucho tiempo con las rodillas dobladas, así como dolor, hinchazón, inflamación y rigidez.

Tratamiento del SFP

La primera línea de tratamiento para esta afección incluye reposo, hielo, compresión y elevación, o «RICE».

La medicación antiinflamatoria y los ejercicios de fisioterapia también pueden aliviarlo.

Si estos no ayudan, puede ser necesario el uso de férulas, la cirugía o ambos. Pueden ayudar a realinear parte de la rodilla.

Para prevenir este problema, cualquier persona que haga ejercicio o participe en deportes debe asegurarse de utilizar siempre las técnicas, el calzado y el equipo adecuados, y asegurarse de calentar antes de empezar.

Cartílago roto

El crépito también puede ser un signo de rotura de menisco. Un menisco puede romperse durante actividades deportivas, como cuando una persona se tuerce la rodilla. También puede ocurrir cuando las personas envejecen y el menisco se desgasta.

Los síntomas incluyen:

  • inflamación

  • rigidez

  • dificultad para extender la rodilla

La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS) explica que, cuando el menisco se rompe, el individuo puede experimentar una sensación de «chasquido».

Normalmente, la persona puede seguir utilizando la rodilla, pero puede aparecer rigidez e hinchazón durante los 2 o 3 días siguientes.

Al igual que con el SFP, la primera línea de tratamiento es el RICE y la medicación antiinflamatoria. A veces es necesaria la reparación quirúrgica.

Osteoartritis de la rodilla

Si se produce crepitación con dolor, puede ser un signo temprano de osteoartritis (OA) de la rodilla. La OA es normalmente el resultado del desgaste y tiende a desarrollarse y empeorar con la edad.

En la OA, el cartílago que cubre los extremos de los huesos en las articulaciones se desgasta gradualmente. Los huesos rozan esta superficie cada vez más áspera, lo que provoca dolor y problemas de movilidad. Es más probable entre las personas con obesidad o las que han sufrido una lesión en el pasado.

Un estudio publicado en la revista Osteoarthritis and Cartilage (Osteoartritis y Cartílago) descubrió que las mujeres de entre 45 y 60 años que tenían tanto crepitación como dolor patelofemoral tenían un 72 por ciento de probabilidades de desarrollar OA, aunque no tuvieran todavía un diagnóstico de OA.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que el 49,6 por ciento de los adultos de 65 años o más vivían con un diagnóstico de artritis entre 2013 y 2015.