¿Qué es el autismo?

El autismo es un trastorno grave del comportamiento y la comunicación. En su forma más leve, el autismo puede parecerse a un problema de aprendizaje. Las formas más graves de autismo implican autolesiones. Los síntomas del autismo pueden notarse en los primeros
tres años de vida. Los bebés que se resisten a los mimos y no responden a su entorno pueden estar mostrando signos tempranos de autismo.

¿Qué son los trastornos del espectro autista (TEA)?

Los trastornos del espectro autista, o trastornos generalizados del desarrollo, varían en gravedad desde el trastorno autista hasta una forma más leve denominada síndrome de Asperger. Cuando un niño presenta algunos síntomas de cualquiera de estos trastornos, pero no cumple todos los criterios del síndrome, el diagnóstico se denomina trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS). Otros trastornos incluidos en el espectro autista son el síndrome de Rett y el trastorno desintegrativo infantil.

¿Cuántos niños tienen un trastorno del espectro autista?

Estudios realizados en varios estados y en Europa han informado de que 3,4 de cada 1.000 niños de entre 3 y 10 años tienen alguna forma de autismo. Algunos grupos de autismo creen que la incidencia es aún mayor… en el rango de 1 de cada 150 niños de 3 a 10 años.

¿Cómo saber si su hijo tiene un TEA?

Indicadores tempranos de que un niño puede tener un TEA*

  • No balbucea, señala o hace gestos significativos al año de edad
  • No habla una palabra a los 16 meses
  • No combina dos palabras a los dos años
  • No responde a su nombre
  • Pierde las habilidades lingüísticas o sociales que tenía anteriormente

Otros Indicadores*

  • No establece contacto visual ni disfruta de los mimos físicos
  • Parece no saber jugar con los juguetes
  • Alinea obsesivamente los objetos
  • Se apega demasiado a un juguete u objeto
  • No sonríe
  • Necesita una rutina rígida, rutina muy estructurada
  • Hace movimientos repetitivos como golpear la cabeza, girar y balancearse que
  • pueden ser continuados incluso cuando estas actividades causan autolesiones al niño
  • Respuestas anormales a las sensaciones, luz, sonido, tacto
  • Los niños con autismo pueden actuar como si fueran sordos
  • Problemas de habla, incluyendo patrones de habla inmaduros y el uso de palabras
  • sin entender su significado
  • Niveles de actividad muy altos o bajos niveles de actividad
  • Insensibilidad al dolor
  • Comportamiento impulsivo sin miedo real a los peligros
  • Lloro frecuente y rabietas sin motivo

*Algunos de estos síntomas pueden darse en niños con otras discapacidades.

Síndrome de Asperger

Los niños con síndrome de Asperger (SA) tienen un interés obsesivo por un solo objeto o tema. Los niños con AS quieren saberlo todo sobre su tema de interés y no quieren hablar con los demás sobre cualquier otra cosa. A veces se llama a los niños con SA «los pequeños profesores» por su pericia, su alto nivel de vocabulario y sus patrones formales de habla. Los niños con SA también tienen rutinas o rituales repetitivos; peculiaridades en el habla y el lenguaje; un comportamiento social y emocionalmente inapropiado y la incapacidad de interactuar con éxito con sus compañeros. Tienen problemas con la comunicación no verbal; y movimientos motores torpes y descoordinados.

Síndrome de Rett

El síndrome de Rett es una enfermedad rara que afecta a uno de cada 10.000 a 15.000 niños. Se da casi siempre en el sexo femenino. En el síndrome de Rett, la niña se desarrolla normalmente hasta algún momento entre los 6 y los 18 meses. En ese momento, su desarrollo mental y social retrocede y pierde habilidades sociales, deja de hablar (si había empezado), se retuerce las manos y no puede controlar los pies. Los científicos han descubierto una mutación genética que puede causar el síndrome de Rett.

Trastorno desintegrativo infantil

El trastorno desintegrativo infantil (TDC) es poco frecuente y se da en menos de dos niños por cada 100.000 con un TEA. Es más frecuente en los varones. Los síntomas pueden aparecer a partir de los 2 años de edad, pero la edad media es de 3 a 4 años. Tras un periodo de desarrollo normal, el niño pierde el vocabulario más rápidamente que otros niños con TEA. Los niños con TDC no son sociales y prefieren estar solos. No responden a los intentos de sus padres de darles mimos y afecto. También tienen dificultades para aprender a reaccionar ante lo que piensan o sienten los demás. Además, puede resultarles difícil controlar sus emociones y pueden romper cosas, atacar a otros o hacerse daño a sí mismos.

Síndrome del cromosoma X frágil

Este síndrome se da en el 2-5 % de los niños con TEA. El X frágil es el tipo más común de retraso mental heredado. El nombre del síndrome se debe a que una parte del cromosoma X tiene un trozo defectuoso que parece frágil cuando se observa al microscopio. Si una familia tiene un hijo con el síndrome del cromosoma X frágil, hay un 50% de probabilidades de que otros niños que tengan padezcan el mismo síndrome.

Esclerosis tuberosa

Este raro trastorno genético provoca el crecimiento de tumores benignos en el cerebro y otros órganos vitales. Entre el 1% y el 4% de los niños con TEA tienen también esclerosis tuberosa.

¿Qué causa los TEA?

Además de los TEA que implican trastornos genéticos, los TEA se han relacionado con la fenilcetonuria (PKU) no tratada, la rubéola (virus del sarampión de tres días), la enfermedad celíaca (incapacidad para tolerar el gluten de los cereales) y ciertas exposiciones químicas durante el embarazo. No hay pruebas de que el autismo esté causado por ningún factor del entorno psicológico del niño.

¿Cómo se diagnostica el autismo?

Como no hay pruebas médicas que puedan diagnosticar el autismo, hay que observar a los niños para ver si sus patrones de comportamiento son compatibles con el autismo. Los síntomas pueden cambiar a medida que el niño crece; por eso es importante que los padres proporcionen un historial médico lo más completo posible.

¿Cómo se puede ayudar a un niño con autismo?

Equipo multidisciplinar: Un niño con autismo necesita los servicios coordinados de un equipo de especialistas que incluya un profesor de educación especial, un patólogo del lenguaje, un psicólogo clínico y un especialista en desarrollo infantil. Los padres también son una parte esencial de este equipo de tratamiento.

Medicación: La dieta y la medicación pueden ayudar a veces en los casos de autismo que implican anomalías metabólicas. Se han observado mejoras en algunos niños con autismo cuando se les somete a dietas sin lácteos ni gluten.

Estrategias de tratamiento: Hay seis objetivos de tratamiento para los niños con autismo.

  1. Detener el comportamiento extraño e inapropiado que impide al niño autista relacionarse y comunicarse con los demás.
  2. Aumentar la capacidad de atención y las habilidades perceptivas necesarias para trabajar las habilidades educativas.
  3. Ayudar al niño con las habilidades de autocuidado.
  4. Proporcionar oportunidades para que el niño se relacione con otros.
  5. Estimular la cantidad y calidad del lenguaje para aumentar las habilidades de comunicación.
  6. Formar a los padres para que ayuden a proporcionar estas experiencias educativas y de relación.

Educación: Un niño con un TEA se beneficiará de un programa educativo altamente estructurado e individualizado. La logopedia puede ayudar a desarrollar las habilidades lingüísticas. Deben hacerse esfuerzos especiales para que el niño aprenda a relacionarse lo más normalmente posible con la familia y los compañeros.

Asesoramiento: Afrontar los retos de la crianza de un niño autista puede ser difícil para cualquier familia. Los servicios de asesoramiento pueden servir como válvula de escape para liberar parte de la presión que puede acumularse en una familia que se enfrenta a una discapacidad compleja como el autismo.

¿Qué hay en el futuro para los niños con autismo?

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos/Comunicativos y Accidentes Cerebrovasculares está patrocinando estudios para determinar los mejores métodos para entrenar a los niños con TEA en las habilidades del lenguaje y la comunicación.

¿Se puede prevenir el autismo?

Dado que algunos casos de autismo se han asociado a la exposición a sustancias químicas durante el embarazo, es importante evitar toda exposición innecesaria a fármacos, productos químicos y otras sustancias ambientales potencialmente tóxicas durante el embarazo. El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la fenilcetonuria y la enfermedad celíaca también reducirán el riesgo de que el niño tenga autismo. La vacunación antes del embarazo puede prevenir el autismo asociado a la rubéola. Debido a la creciente incidencia de los TEA, se han financiado muchos nuevos proyectos de investigación para estudiar las causas, el diagnóstico precoz y el tratamiento de los TEA.

Ficha informativa de:

Birth Defect Research Children, Inc.
www.birthdefects.org