Se trata de un documental sencillo pero eficaz que arroja luz sobre un tema que probablemente sea un poco más conocido hoy, en 2020, de lo que podría haber sido en 2011… pero que probablemente todavía no se entienda muy bien. Ese tema es la asexualidad, con aproximadamente un 1% de la población que se declara asexual, según este documental. Es mucha gente si se piensa en ello, teniendo en cuenta que casi todo el mundo tendría al menos 100 personas en su vida que conocen algo bien. Teniendo en cuenta que este documental tiene menos de una década, es sorprendente lo reciente que es hablar abiertamente de esta forma de identidad. Me gusta mucho cómo se muestra que Internet es vital para que los asexuales formen una comunidad y para que su identidad sea entendida y publicitada. Es demasiado común que las películas (y los documentales en particular) se centren en los aspectos desagradables, negativos y más sensacionalistas de Internet, por lo que mostrarlo como algo beneficioso y acogedor fue un buen cambio.
Es un retrato claro y comprensivo de lo que significa ser asexual, por qué es difícil, y cómo también puede ser empoderante. Es bastante equilibrado, y agradecí que al menos uno de los entrevistados estuviera algo confundido/escéptico sobre el tema de la asexualidad, porque entonces estos puntos pudieron ser explorados y argumentados de manera más efectiva. Aunque no puedo garantizar que ver esto te haga entender instantáneamente el concepto de asexualidad (que puede ser difícil de entender si te sientes atraído por otras personas), es bueno que exista y, como mínimo, hará que las personas de mente abierta lo entiendan un poco mejor. Es bueno, sobre todo, aceptar el hecho de que algunas personas piensen y sientan de forma diferente sobre este tipo de cosas. Y al fin y al cabo, aunque no seas asexual, la existencia de asexuales no te amenaza precisamente ni te hace la vida peor, así que ¿por qué molestarse por ello?
Hay algunos problemas técnicos en cuanto al sonido, y en general la presentación no es nada sorprendente. Desde su estreno, el tema de la asexualidad puede haber sido tratado con más matices y sutileza a través del viaje de uno de los personajes principales de Bojack Horseman, pero sigue siendo una identidad poco representada en gran parte de la ficción. También vale la pena mencionar, en lo que respecta a los defectos, las cabezas parlantes del principio, en las que se repasan muchos mitos inexactos sobre la asexualidad. Estos mitos parecían un poco forzados y tal vez guiados, y como si estuvieran ahí para enganchar al espectador/contrastan con las mismas cabezas parlantes que son más abiertas cuando se les entrevista de nuevo cerca del final de la película.
Aún así, al final del día, este documental tiene éxito, y no se excede en sus breves pero efectivos 75 minutos. Merece la pena verlo como una forma de aprender sobre algo que no se cubre o explora muy a menudo, así como una forma de desarrollar la empatía y la comprensión de un grupo poco expuesto en la sociedad.