Todos queremos ser ricos. Sólo que no sabemos lo que significa realmente la riqueza. Tener más dinero no es la definición de riqueza, a pesar de lo que los medios de comunicación quieren hacer creer. No hay nada malo en conducir el último modelo de coche deportivo o vivir en una mansión con varios baños si te los puedes permitir. Pero para la mayoría tenerlos es más una maldición que un beneficio.
La mayoría de la gente aprecia el dinero por lo que compra, pero no suele ver el potencial de lo que el dinero puede hacer por ellos. Trabajan 40 horas a la semana para obtener un sueldo, aunque el valor de su tiempo y esfuerzo es mucho mayor que lo que obtienen después de la semana de trabajo. No ven que se han limitado a sí mismos y a su futuro bienestar. Para el empleado medio, el dinero se convierte en una medida del valor que le dan a su propio trabajo. Se engañan pensando que no tienen más potencial que el que les pagan. Los que ascienden en la jerarquía de la empresa tienen una mejor comprensión de su verdadero valor y su salario refleja ese valor. Todas las empresas valoran más al empleado que hace más y es más eficiente que al que tiene mejor inteligencia, habilidad y conocimientos.
El dinero, tal y como lo acepta la mayoría hoy en día, es una ilusión. No es lo que el dinero compra lo que lo hace valioso, es el uso que se le da lo que determina su valor. Si el dinero se utiliza para hacer más, su valor es mayor. Un dólar gastado en una taza de café no es más que un dólar gastado. Su valor es cero, ya que ese café desaparece una vez consumido. No aporta nada a la salud ni a la vida del consumidor. Sólo proporciona una satisfacción temporal. Un dólar depositado en una cuenta de ahorros vale un dólar y diez céntimos mañana, según los tipos de interés y la tasa de inflación. Muchas personas se centran en gastar el dinero y el tiempo, en lugar de invertirlos. Esto es lo que crea una riqueza incalculable para algunos y deja a otros viviendo de cheque en cheque.
Los logros financieros a largo plazo requieren una buena dosis de autodisciplina. Mientras que muchos suelen gastar su dinero e hipotecar su futuro a crédito, los ricos se sacrifican a corto plazo para asegurarse una mejor recompensa a largo plazo. La regla fundamental para la creación de riqueza se basa en cuánto se puede conservar realmente en contraposición a cuánto se gana. Hay muchas personas que son ricas pero sólo ganan un salario modesto. Sin embargo, hay quienes ganan diez veces más, pero gastan la mayor parte o todo en un estilo de vida inflado que no les hace verdaderamente ricos. Son simplemente ricos.
Pocas personas alcanzan la seguridad financiera ya que no tienen un plan para controlar su dinero. No saben a dónde va su dinero. La publicidad es eficaz para apelar a la codicia de las masas. Es la naturaleza humana querer más. La autodisciplina no es algo que mucha gente quiera cultivar. Pocas personas están dispuestas a retrasar la gratificación por el bien futuro.
La ley de Parkinson establece que los gastos aumentan para satisfacer los ingresos. Esto es cierto para la mayoría. La persona frugal permite que los gastos aumenten junto con los ingresos, pero lo hace a un ritmo más lento. Lo que no se gasta es lo que se invierte y, en última instancia, conduce a la riqueza. El hombre común gasta su aumento de sueldo y sus bonificaciones tan rápido como lo recibe. Es posible que cualquier persona llegue a ser financieramente independiente en el transcurso de su vida.
Usar el dinero de forma inteligente requiere tres pasos:
El primero es el ahorro. Se trata de activos líquidos. Se necesita una cuenta corriente para pagar las facturas. Un fondo de emergencia ayuda a pagar esos costosos contratiempos repentinos que le ocurren a todo el mundo. La creación de un fondo de emergencia de dinero en efectivo listo para cuando se necesita evita el uso de crédito que muchos se ven obligados a utilizar, ya que no pudieron planificar para cualquier emergencia imprevista. Las recesiones económicas, la pérdida del empleo o una crisis médica pueden devorar el dinero que queda y sumir a una familia en la bancarrota. Por lo general, las cuentas de emergencia deberían tener hasta seis meses de sueldo.
La segunda es la seguridad personal y familiar. Se trata de valores a largo plazo. Los seguros de vida, de salud, de hogar y de coche son necesarios en el mundo actual, donde los gastos aumentan continuamente. No hace falta mucho para llevar a la quiebra a una familia cuya casa se quema sin cobertura de seguro. Mantener al día el seguro del hogar, del coche y los impuestos aporta seguridad y tranquilidad.
En tercer lugar están las inversiones a largo plazo. Reservar entre el diez y el veinte por ciento de los ingresos en fondos de inversión a largo plazo, con algunas inversiones de riesgo, permitirá acumular capital para cuando se pueda financiar una jubilación cómoda. La inversión periódica lleva a un punto en el que esas inversiones aportan más que los ingresos.
El mejor uso del dinero es aprender a utilizarlo a una edad temprana. Pero se puede llegar a tener seguridad financiera sin importar la edad. Sólo se requiere un enfoque adecuado para el uso del dinero. El dinero puede crecer con bastante rapidez y no serán necesarias varias vidas para empezar a ver los frutos de sus inversiones. Póngase en contacto con nosotros si necesita ayuda con la gestión o planificación de su patrimonio.
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