La Ley Federal de Vivienda Justa requiere que los propietarios hagan «ajustes razonables» para los inquilinos con discapacidades. Permitir un animal puede ser una de esas adaptaciones (véase la Ley de Enmiendas a la Vivienda Justa, 42 U.S.C. §§ 3601-3619.) Los estatutos estatales pueden ofrecer protecciones adicionales.

En la práctica, los perros de asistencia están normalmente tan bien entrenados y se comportan tan bien que un propietario tiene pocas razones para oponerse a ellos. La ley permite a los propietarios incluir regulaciones razonables en el contrato de alquiler. Los propietarios, al igual que todos los dueños de perros, son responsables de cualquier daño que éstos causen.

Aún así, los propietarios a veces intentan imponer una política de mantener fuera a todos los animales, incluso a los específicamente permitidos por la ley. Una empresa, propietaria de un complejo de apartamentos en Washington, DC, dijo a los posibles inquilinos -que en realidad eran probadores del Departamento de Justicia- que no se permitían perros, incluidos los perros guía. La empresa acabó pagando 25.000 dólares para compensar a los posibles inquilinos que habían sido discriminados y otros 20.000 dólares en concepto de sanciones al gobierno. (Véase Estados Unidos contra Douglass Management, Inc., orden de consentimiento, 2006.)

La mayoría de los tribunales han dictaminado que los perros no tienen por qué cumplir la definición estricta de «animal de servicio», tal como la define la Ley de Estadounidenses con Discapacidades; la FHA utiliza una norma más amplia. Esto significa que incluso un perro que no esté entrenado específicamente para ayudar a su dueño puede ser una adaptación necesaria.

Como dijo un tribunal: «Hay una diferencia entre no exigir al propietario de un cine que permita a un cliente llevar a su perro de apoyo emocional, que no es un animal de servicio, al cine para ver una película de dos horas de duración, una cuestión de tipo ADA, por un lado, y permitir que el proveedor de la vivienda se niegue a permitir que un inquilino tenga dicho animal en su apartamento para proporcionarle apoyo emocional y ayudarle a hacer frente a su depresión, una cuestión de tipo FHA, por otro». (Véase Fair Housing of the Dakotas, Inc. v. Goldmark Property Management, Inc., 778 F. Supp. 2d 1028 (D.N.D. 2011).)

Perros para personas con discapacidades en viviendas subvencionadas por el Gobierno

Las personas con discapacidades que viven en viviendas subvencionadas por el Gobierno están autorizadas por ley a tener perros, tengan o no un adiestramiento especial. El HUD exige a los propietarios que actúen de acuerdo con la Ley Federal de Vivienda Justa y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, las cuales exigen a los propietarios que proporcionen ajustes razonables a las personas que tienen perros de servicio.