El terapeuta ocupacional de tejidos blandos puede ayudar a aumentar la estabilidad y la fuerza del hombro, para disminuir la tensión en los romboides. También pueden enseñarle estrategias de manejo del dolor para completar en casa y complementar la terapia.

Calentamiento:

Calentar suavemente los músculos puede ayudar a que se relajen. También aumenta el flujo sanguíneo a la zona, llevando los nutrientes al músculo para que se cure, y transportando los residuos. Calentar regularmente los músculos también puede ayudar a prevenir más espasmos crónicos. La combinación del aumento del flujo sanguíneo, la relajación muscular y la curación pueden contribuir a reducir el dolor muscular general. Existen varias opciones para calentar los romboides: utilizar una compresa de calor directamente en la zona, darse un baño o una ducha caliente o utilizar una crema de calor como Bálsamo de Tigre o Bálsamo de Águila sobre la superficie de la parte superior de la espalda.

Estiramientos:

Los estiramientos regulares son muy beneficiosos, ya que ayudan a alargar los músculos y a evitar que sufran espasmos. Al alargar el músculo, también ayuda a mantener un buen flujo sanguíneo en la zona, ayudando a la curación y la relajación. Combinar los ejercicios de estiramiento después del calentamiento puede tener un efecto combinado para reducir el dolor y promover la curación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los estiramientos de hoy no impedirán necesariamente que se tenga dolor mañana; del mismo modo que comer una buena comida no nos hará estar sanos de la noche a la mañana. Se trata de la práctica regular y constante de estirar gradualmente

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