La doctora Nicole Jones y su equipo descubrieron que durante la privación de oxígeno, o «hipoxia», estas proteínas (HIF1 y PHD2) aumentan.

Estas proteínas regulan procesos como la producción de glóbulos rojos y nuevos vasos sanguíneos, y el flujo de glucosa al cerebro. Por lo tanto, intervienen en la prevención de nuevos daños cerebrales y en la reparación de los causados por la lesión inicial.

Este descubrimiento acerca a los científicos del Instituto Howard Florey al desarrollo de tratamientos preventivos y regenerativos para los daños cerebrales causados por la hipoxia.

La Dra. Jones dijo que su descubrimiento fue el resultado de observar cómo el cuerpo trata de protegerse y cómo reacciona el cerebro cuando experimenta una hipoxia leve y no dañina.

«Descubrí que la hipoxia leve y no perjudicial protegía al cerebro contra una lesión posterior mediante la activación de ciertas proteínas», dijo la Dra. Jones.

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«La hipoxia leve parece preacondicionar los tejidos neuronales contra un ‘suicidio’ masivo de neuronas sanas tras un accidente cerebrovascular u otro traumatismo cerebral.

«En un experimento con ratas, la hipoxia leve seguida de un accidente cerebrovascular grave provocó menos daños cerebrales que si la rata experimentaba sólo un accidente cerebrovascular grave, todo ello debido a que estas proteínas protectoras aumentaron por la primera exposición no dañina a la hipoxia».

«Ahora estoy estudiando el desarrollo de tratamientos preventivos y regenerativos que imiten los efectos protectores y reparadores de estas proteínas», dijo.

La Dra. Jones está probando ahora candidatos a fármacos, y le gustaría desarrollar nuevos medicamentos que activen estas proteínas protectoras en el cerebro.

Aunque hay que seguir investigando, la doctora Jones y su equipo confían en que sus investigaciones conduzcan a tratamientos eficaces que ayuden a las personas que sufren hipoxia, así como a mejorar la recuperación de los daños cerebrales inducidos por la hipoxia.

La investigación de la doctora Jones se ha publicado recientemente en el Journal of Cerebral Blood Flow and Metabolism y en Neuroscience Letters.

El Instituto Howard Florey es el principal centro de investigación cerebral de Australia. Sus científicos llevan a cabo investigaciones clínicas y aplicadas que pueden convertirse en tratamientos para combatir los trastornos cerebrales y en nuevas prácticas médicas. Sus descubrimientos mejorarán la vida de las personas afectadas directa e indirectamente por trastornos cerebrales y mentales en Australia y en todo el mundo. Las áreas de investigación del Florey abarcan diversos trastornos cerebrales y mentales, como la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades de las neuronas motoras, la adicción, la epilepsia, la esclerosis múltiple, el autismo y la demencia.